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Lunes, 10 Marzo 2025

Una organización criminal como la OTAN no es respuesta para Ucrania

IU señala que “una organización criminal como la OTAN no es respuesta para Ucrania” y prioriza el “alto el fuego y un acuerdo de paz liderado por la ONU con una Europa soberana frente a EEUU”

Eva García Sempere, portavoz y responsable federal de Organización, recuerda que “Izquierda Unida nace al calor de las movilizaciones contra la OTAN y seguimos manteniendo la misma posición: hay que salirse de una organización que ha traído mayor inestabilidad y sufrimiento a Europa y al mundo”, como defiende esta formación prácticamente en solitario desde hace casi 40 años

La portavoz y responsable federal de Organización de Izquierda Unida, Eva García Sempere, ha situado como “prioridades” para acabar de forma definitiva con la guerra en Ucrania un “alto el fuego y un acuerdo de paz construido y liderado por Naciones Unidas, por la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa) y una Europa soberana frente a los intereses de Estados Unidos”.

“Izquierda Unida -ha destacado- nace al calor de las movilizaciones contra la OTAN y seguimos manteniendo la misma posición. La OTAN no es respuesta. Hay que salirse de una organización criminal que ha traído mayor inestabilidad y sufrimiento a Europa y al mundo”.

En su tradicional rueda de prensa de coyuntura política de los lunes, García Sempere lamentó que en la reunión de líderes europeos celebrada ayer en Londres -a la que también asistió el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez-  se perdiera una “oportunidad histórica” de cara a “construir una política exterior autónoma a los Estados Unidos”.

“Esperábamos, somos a veces así de ingenuos, propuestas concretas de paz y acabar con esta retórica belicista que no ha hecho más que alargar los más de tres años de un conflicto que dura demasiado, que no se ha resuelto con el envío de más armamento, sino todo lo contrario, ha generado más devastación y más desolación y sufrimiento al pueblo ucraniano”, valoró.

Añadió que en estos momentos también “se hace imprescindible” recuperar “los compromisos del Acta de Helsinki y de la Carta París de la Conferencia sobre la Seguridad y Cooperación en Europa con el objetivo y para avanzar en un nuevo marco de paz y seguridad común”.

Reiteró, como ya hizo el lunes pasado, que “rechazamos el envío de más armas a Ucrania, que solo está sirviendo para prolongar el sufrimiento”, al tiempo que añadió como valoración del cónclave de presidentes europeos de ayer en Londres que “no ha conseguido los objetivos, toca construir un nuevo modelo de seguridad centrado en la diplomacia, en la prevención de los conflictos y en la resolución pacífica”.

Eva García Sempere entiende que el modelo de paz que necesita Ucrania debe ser “autónomo y alejado de los intereses imperialistas de Estados Unidos”, pero también de la “retórica belicista que ahora mismo inunda algunos discursos de los países miembros de la Unión Europea”.

Nuevo «chantaje» de Netanyahu para cambiar las reglas del juego en Gaza

Por otra parte, en lo que tiene que ver con la “ofensiva sionista que continúa contra el pueblo palestino” por parte del Gobierno extremista de Israel, la portavoz de IU denunció que, pese a la supuesta tregua, “los asesinatos de palestinos no cesan”, además de que el propio presidente Benjamin Netanyahu se ha encargado de anunciar este fin de semana “la suspensión de la entrada de ayuda humanitaria” para una población palestina en Gaza ya de por sí en situación límite.

“Es evidente -dijo- que se trata de un nuevo chantaje para cambiar las reglas del juego, las reglas del acuerdo de alto el fuego”, aunque “lo ha convertido en algo mucho más grave que un chantaje, es un crimen de guerra”.

Por ello, García Sempere ha exigio al Gobierno que “repudie estos hechos y tome las medidas necesarias para garantizar un alto fuego real, sin asesinatos y cumpliendo los mínimos acuerdos internacionales, por ejemplo, en lo referente a ayuda humanitaria”.

Reclamó también a Egipto y a Qatar, países mediadores en la tregua, “que garanticen que este crimen de guerra cese de inmediato y se permita la entrada de ayuda humanitaria”. Recordó que “desde Izquierda Unida no nos cansaremos de repetir y de exigir el fin del genocidio y la necesidad de llevar a los responsables frente a la justicia”.

“Pero además -apostilló- creemos que sería más que conveniente que con la misma contundencia que se hace la defensa de Ucrania por parte de países como Reino Unido o Francia, España diera un paso al frente en la respuesta de la Unión Europea contra los planes sádicos y genocidas de Trump y Netanyahu para la Franja de Gaza”.

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Maíllo reafirma “el compromiso de IU por la paz y el ‘OTAN NO, bases fuera’ 

Maíllo reafirma “el compromiso de IU por la paz y el ‘OTAN NO, bases fuera’  que defendemos desde hace 40 años” que se une “al rechazo a aumentar el gasto militar y al envío de tropas a Ucrania”

El coordinador federal señala que “no son tiempos de rearme, ni la guerra es la solución, porque solo trae dolor y muerte”, por eso Izquierda Unida apuesta “por un modelo alternativo de seguridad integral que garantice condiciones de estabilidad, paz y convivencia en toda la región, incluyendo a Ucrania y Rusia”, porque “solo así podrá asegurarse un largo periodo de paz y estabilidad en Europa”

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El coordinador federal, Antonio Maíllo, reafirma el “compromiso por la paz y el rotundo rechazo a toda espiral de violencia como forma de resolución de los conflictos” por parte de Izquierda Unida. Maíllo recuerda que a la movilización por la paz y al contundente mensaje de “salida de España de la OTAN”, que IU ha mantenido a nivel parlamentario prácticamente en solitario en los ya casi últimos 40 años, se le añaden ahora mismo “nuestro firme rechazo al aumento del gasto militar o al envío de tropas a Ucrania”.

Los órganos de dirección federales de IU han abierto un amplio debate para estudiar las últimas propuestas lanzadas desde distintos ámbitos sobre la mejor forma de abordar el fin definitivo de la guerra en Ucrania.

Los contactos, con unos contenidos en su mayor parte reservados, abiertos de manera bilateral por los líderes de EEUU y Rusia, Donald Trump y Vladimir Putin, “han pillado a la Unión Europea (UE) en un desconcierto enorme”, valora IU, como reflejan las primeras “decisiones contradictorias” anunciadas tras la reunión que mantuvieron el pasado fin de semana en Londres diversos presidentes europeos, entre ellos Pedro Sánchez.

Para IU es difícilmente entendible “cómo puede reclamarse de una parte un asiento en una mesa de negociación que ya tienen copadas las delegaciones de EEUU y de Rusia en Riad y, de otra parte, aprobar no solo continuar, sino incrementar el apoyo político y militar al Gobierno ucraniano”.

Izquierda Unida señala que “frente a los riesgos de encuentros como el de Londres de que se responda con un aumento de la espiral belicista, Europa debe aprovechar su oportunidad histórica para construir por primera vez desde la II Guerra Mundial, una política exterior autónoma de EEUU que garantice la paz, la estabilidad y la seguridad, tanto en el continente europeo como a nivel internacional”.

“Después de tres años de guerra en Ucrania que han dejado al país devastado, no es con más belicismo como se va a resolver este conflicto armado ahora estancado. Debe cerrarse de manera definitiva y para ello se deben presentar propuestas de construcción de paz que conduzcan a una mayor estabilidad y seguridad, tanto en Ucrania como en Europa”.

Para IU, “es obvio que no puede iniciarse una negociación de paz sobre la guerra de Ucrania sin Ucrania, cuya invasión por Rusia condenamos desde el inicio de la guerra por violar el Derecho internacional”.

“Pero exigimos también que en esa negociación para la paz, que debe iniciarse con un alto el fuego, es imprescindible la presencia de Naciones Unidas y de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE)”, plantea esta formación.

La formación que coordina Antonio Maíllo entiende que “debe apostarse por un modelo alternativo de seguridad integral que garantice condiciones de estabilidad, paz y convivencia en toda la región, incluyendo a Ucrania y Rusia. Solo así podrá asegurarse un largo periodo de paz y estabilidad en Europa”.

Maíllo incide en que “no son tiempos de rearme, ni la guerra es la solución. La guerra solo trae dolor y muerte”, por eso “Izquierda Unida defiende la recuperación del Derecho internacional, y la búsqueda del diálogo y del respeto de los Derechos Humanos como forma de solución de los conflictos”.

“Frente a quienes quieren la confrontación, nos reafirmamos en un mundo basado en el diálogo, la cooperación, la solidaridad y la justicia social. Por eso, como dijo el poeta Blas de Otero, decimos también ‘En el nombre de España, Paz’”, concluye el máximo responsable de IU.

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Si Europa quiere paz, no debe preparar la guerra

Por Enrique Santiago. Portavoz de Izquierda Unida en el Grupo Parlamentario Plurinacional de SUMAR.

“Si quieres paz, prepárate para la paz, no para la guerra” decía don Federico Mayor Zaragoza, recordando que los avances tecnológicos nos permiten vivir con seguridad alimentaria, educación y atención sanitaria, además de proteger los ecosistemas y reforzar la seguridad climática. Esta es la seguridad que necesitamos. Una “seguridad humana” que destine los recursos a desarrollo social y ambiental, además de garantizar la paz. Esto es incompatible con un modelo de (in)seguridad basada en la carrera armamentística, en la guerra como forma de resolución de conflictos y en la aplicación asimétrica del derecho internacional, con trágicas consecuencias como las que sufre el pueblo palestino.

El fin de la guerra fría trajo la oportunidad de construir ese nuevo modelo de seguridad humana, pero la potencia vencedora, Estados Unidos, opta a menudo por la unilateralidad e ignora el derecho internacional cada vez que considera que su respeto no le favorece. En consecuencia, se han debilitado las instituciones multilaterales como Naciones Unidas o la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), ambas ausentes en las recientes crisis internacionales de Ucrania o Palestina.

La permanente expansión de la OTAN hacia el este, en contra de lo acordado entre EE.UU. y la Unión Soviética con ocasión de la unificación alemana, ha sido un factor de desestabilización estratégica, una amenaza a la paz y a la seguridad en Europa. La decisión de la OTAN de incorporar a Ucrania ya hace más de quince años, fue vista por Rusia como un paso más en la vieja aspiración europea de bloquear su salida al Mar Negro y al Mediterráneo oriental. Recordemos que franceses, británicos, estadounidenses y alemanes han invadido Rusia en algún momento en los últimos 200 años. Actualmente no existe un sistema de tratados sobre control de armas nucleares en vigor. EE.UU. abandonó unilateralmente el Tratado de Misiles Antibalísticos (ABM) en 2002, mientras aceleraba la ampliación de la OTAN en el este. A partir de 2010 comenzó a instalar sistemas de misiles Aegis en Polonia y más tarde en Rumanía. En 2019 se retiró del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF), procediendo a continuación Rusia de la misma forma. El nacionalismo ruso arguye así motivos para sentirse acosado por la permanente expansión de una alianza militar que le negó la entrada cuando ya había perdido su razón de ser tras desaparecer la Unión Soviética. Añadamos a esta suma de riesgos que la calidad democrática es cada vez más baja en los Estados Unidos, en Rusia o en muchos países de la Unión Europea (UE).

Todas las partes en el actual conflicto argumentan sobre la justicia de sus planteamientos, pero serán los historiadores quienes más adelante determinen quién tenía la razón. Ahora, ante un conflicto internacional que puede derivar en una guerra generalizada e incluso nuclear, los dirigentes políticos lo que deben hacer es tomar medidas para garantizar seguridad en Europa evitando la catástrofe, y esas medidas son incompatibles con una carrera armamentística.

Europa está hoy en una difícil situación. Ha renunciado a tener política exterior propia desde el fin de la guerra fría –quizás con la excepción de cuando en 2003 Francia y Alemania no apoyaron que EE.UU. eludiera el Consejo de Seguridad de la ONU e iniciara la invasión de Irak- y es notorio que la OTAN ha perdido su razón de ser y se ha convertido en un factor de inseguridad y amenaza a la paz. Sus socios no pueden confiar su seguridad a una organización militar dirigida por los EE.UU., país que ha convertido a la UE y a Canadá en dianas de sus ataques: guerra arancelaria, amenazas a la soberanía e integridad territorial de Canadá o Dinamarca y sabotaje económico a Alemania, al volar el Nord Stream.

Los países de la UE, Canadá y Turquía deberían haber aprovechado la reciente reunión de Londres para poner en marcha una política exterior propia, que garantizara paz, seguridad y progreso a toda Europa y a la comunidad internacional. Y para acabar una guerra que era evitable y se ha prolongado masacrando a miles de jóvenes soldados ucranianos y rusos -nadie se atreve a dar cifras aproximadas-, y provocando innumerables víctimas civiles. Europa no va a ganar en solitario una guerra que no ha podido ganar junto a EE.UU. en tres años. A pesar de todo lo anterior nos sorprende con decisiones absurdamente belicistas, que no tiene capacidad de aplicar.

Pero la prolongación de la guerra -en territorio y cuerpo ajeno- es la manera de justificar un inmenso negocio de 800.000 millones de euros destinados a la industria militar, en su mayoría a la de EE.UU., principal suministrador de la OTAN y único conglomerado industrial en condiciones de producir armamento por tan astronómica cifra. Es más dinero que los 700.000 millones que la UE destinó a fondos de recuperación tras la pandemia del COVID. Dicho más claramente, Europa pretende entregar inmensos recursos económicos al principal complejo industrial de los EE.UU. No es procedente financiar a la potencia que hoy amenaza la soberanía de países europeos y a otros países amigos del continente americano, a la vez que desata guerras comerciales contra todos, incluyendo la Unión Europea.

Para realizar ese inmenso gasto en armamento habrá que incrementar recaudación subiendo impuestos y desviando recursos de gasto social a gasto militar. El pasado diciembre, el nuevo secretario general de la OTAN, Mark Rutte – quien en 2012 utilizaba el término PIGS para dirigirse a los países del sur de Europa- advirtió a los países de la OTAN que debíamos “aceptar sacrificios" tales como recortes en las pensiones, la sanidad, educación o seguridad social.

Los países de la UE no pueden poner obstáculos a un alto el fuego o armisticio inmediato en Ucrania, paso previo a una negociación de paz que lleve a un acuerdo justo y estable, que garantice la seguridad de todos los países de la región. También de Rusia, un extensísimo país con apenas 146 millones de habitantes, una bajísima densidad de 9 habitantes por km2 y un PIB inferior al de Italia, lo que hace difícil de creer que tenga intención o capacidad de invadir Europa. El necesario proceso de paz podría retomar lo avanzado con la mediación de Turquía a los pocos días de iniciada la guerra, cuando Rusia y Ucrania estuvieron a punto de alcanzar un acuerdo sobre su neutralidad que fue impedido por el Reino Unido. Los esfuerzos de Turquía fueron después complementados por otro de China y Brasil, proponiendo el cese de hostilidades, celebración de una conferencia de paz internacional, medidas para finalizar la crisis humanitaria, prevención de proliferación nuclear y protección de instalaciones nucleares civiles.

En lugar de prodigarse en proclamas belicistas, Von der Layen debería centrarse en proponer una solución que diera garantías políticas de seguridad a largo plazo tanto a Ucrania como a Rusia, más allá de un inicial acuerdo de paz. Esto permitiría destinar los 800.000 millones de euros a la reconstrucción de los territorios devastados por la guerra en Ucrania, y al desarrollo y bienestar de todos los pueblos de Europa.

La construcción de una política exterior propia de la Unión Europea puede empezar con la celebración de una Conferencia de Seguridad europea de la que salga un modelo de seguridad y cooperación colectivo, que genere estabilidad y confianza a largo plazo a todos los países europeos, hasta los Urales. Un sistema compartido de seguridad humana, democracia y desmilitarización, sobre la base de la Carta de las Naciones Unidas.

Europa debe regresar al acta final de Helsinki de 1975 y la Carta de Paris de 1990, que establecían la resolución pacífica de controversias a través de la OSCE, renunciando al uso de la fuerza; garantizaba la soberanía y la inviolabilidad de las fronteras; fomentaba la cooperación y el desarme mediante la reducción del gasto en armamento, facilitando un aumento del gasto social y de la ayuda al desarrollo; y proclamaba el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales. Es la manera mas coherente de fortalecer los valores democráticos en los que se asienta la unidad europea.

Es fácil alcanzar consenso sobre que los recursos para la defensa de los países de la UE no pueden transferirse a los EE.UU., porque el inquilino de la Casa Blanca es un grave peligro global. También debe haber consenso en la necesidad de reforzar las Naciones Unidas y democratizar su funcionamiento avanzando en el multilateralismo. Europa requiere plena autonomía estratégica y horizontalidad en las relaciones entre países si aspira a ser una potencia en la defensa de la democracia y los derechos humanos, solo posible construyendo una multilateralidad colaborativa, que refuerce los lazos de cooperación entre los pueblos como mecanismo de disuasión y prevención de conflictos. Esta forma de entender la multilateralidad ha sido la que ha practicado China y los resultados han sido muy positivos, tanto para el país asiático como para quienes han sabido consolidarse como sus socios comerciales.

Mientras los europeos seguimos creyéndonos el centro del mundo, éste ha desplazado su eje a la región Asia-Pacífico y los denominados BRICS llevan camino de convertirse en la mayor alianza política, comercial y económica mundial, con el objetivo de cooperar en beneficio mutuo. Hoy son 10 países, entre ellos Brasil, Sudáfrica o China. También Rusia, a la que no le faltan aliados en el mundo a pesar de que la propaganda de guerra diga lo contrario. Los BRICS generan más de un tercio del PIB mundial y son la mitad de la población del planeta. Forman parte de la alianza tres de los cuatro mayores productores de alimentos, y producen el 42% del petróleo mundial. 20 países más han pedido formalmente ser admitidos y 40 han expresado su interés en unirse. Europa debe darse cuenta del desastre al que está abocada mientras continúe supeditada a los intereses de la Casa Blanca o se deje arrastrar al precipicio del gasto armamentístico, en lugar de optar por una posición estratégica propia que le permita ser partícipe de las nuevas alianzas multilaterales y colaborativas que ya están construyéndose.

En cuanto a España, es el único país gobernado por una alianza de fuerzas de izquierda en una UE con 23 de sus 27 gobiernos nacionales en manos de la derecha o de la extrema derecha. Con una mayoría contraria a la defensa de los derechos humanos y de la democracia en el Consejo de la Unión, nuestro principal reto es conseguir que nuestro país sea capaz de hacer avanzar las propuestas de paz y seguridad humana, frente a quienes buscan prolongar la guerra para justificar un desmesurado gasto en armamento.

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IU anuncia su oposición a cualquier subida del gasto militar

El coordinador federal del partido, Antonio Maíllo, avanza que activarán una campaña de movilización contra la espiral belicista y advierte de que una subida del gasto en defensa supondría recortes sociales.

Izquierda Unida ha anunciado su oposición frontal a cualquier subida del gasto militar, después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendiera el mandato alcanzado en el último Consejo Europeo para subir la inversión en defensa y acelerar el incremento hasta el 2% del PIB para antes del 2029.

Antonio Maíllo, coordinador federal del partido, ha explicado la posición de su organización durante una rueda de prensa celebrada este lunes: "Vamos a lanzar una posición política frente a la espiral belicista que vivimos. La paz no se consigue ni con aumento del gasto militar ni con envío de tropas", ha asegurado el dirigente andaluz.

En esta línea, Maíllo ha explicado que IU desplegará varias acciones. En primer lugar, han pedido una reunión al resto de partidos políticos de la coalición Sumar para tratar de fijar una posición conjunta. Está previsto que este jueves Sánchez se reúna con los grupos del Congreso para trasladarles de manera formal su intención de incrementar el gasto militar, e IU aspira a que la coalición tenga una posición acordada y unitaria antes de esta ronda con el presidente.

El pasado viernes, tras la celebración del Consejo Europeo, Movimiento Sumar mostró su respaldo a la construcción por parte de la UE de "una defensa propia y autónoma, con capacidades defensivas y de disuasión, para garantizar la paz y la seguridad globales de acuerdo con la Carta de Naciones Unidas", y pidió que el incremento del gasto militar no recaiga en "multiplicar los gastos nacionales", sino en "una nueva financiación europea, fiscalizada democráticamente, que no haga recaer todo el esfuerzo inversor en los Estados Miembros".

Sin embargo, IU ha dejado claro su oposición total a elevar el gasto en defensa y armamento, cualquiera que sea la fórmula, con el objetivo de frenar "la espiral belicista". Preguntado por la posición de Movimiento Sumar, Maíllo ha asegurado que se posicionará tras la reunión de los partidos de la coalición y ha recordado que en febrero la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, se opuso a subir el gasto militar.

Campaña de movilización y recortes sociales

En segundo lugar, IU celebrará el próximo sábado una reunión de su Coordinadora Federal (el máximo órgano entre asambleas) para establecer un análisis de la coyuntura internacional y formalizar en un informe político su oposición a subir el gasto en defensa.

Maíllo también ha anunciado que llevarán a cabo una "campaña de movilización de la sociedad civil por la paz" que conecte "con el sentido mayoritario de la gente, contrario a esta espiral belicista". El coordinador federal de IU también ha dejado claro que su organización se opone al eventual envío de tropas a Ucrania.

"Es nuestra posición histórica. No son tiempos de rearme, como dice la Comisión Europea, y no se puede volver el principio de si quieres la paz prepara la guerra. Tenemos que recuperar el dicho de si quieres la paz, prepara la paz", ha defendido Maíllo.

El líder de IU ha advertido, además, de que cualquier incremento del gasto militar supondría un recorte de la inversión en políticas sociales: "El aumento hasta el 5% del PIB, que es a lo que empuja la Comisión, supondría para España un recorte del 13% en todas las políticas sociales: pensiones, educación, salud y servicios sociales".

"La UE ha quebrado su origen pacifista con esta decisión. Nos preocupa que se haya asumido el marco de la guerra y se desdeñe la carta fundacional de la ONU", ha dicho. Maíllo también ha pedido al PSOE un "ejercicio de transparencia" en lo que a gasto militar se refiere para conocer todas las partidas en esta materia: "Queremos saber cuáles son los gastos de defensa reales en nuestro país, no hay que confundir los gastos del Ministerio de Defensa con los gastos en defensa", ha zanjado.

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