Por Carlos Medina, concejal de Izquierda Unida en Aranda de Duero
En Aranda de Duero, tras doce años de gobiernos municipales de una derecha variopinta, pero cada vez más desnortada y conservadora, los resultados de las pasadas elecciones municipales nos dieron la oportunidad a nuestra coalición electoral de posibilitar un cambio.
En el contexto actual sólo las coaliciones entre diferentes pueden posibilitar gobiernos alternativos a los acordados por la derecha y la extrema derecha. El grado de implicación que desde las fuerzas de izquierdas demostremos con estas coaliciones es una cuestión de oportunidad política, pero también de responsabilidad democrática.
Esto se tradujo en un acuerdo de gobierno, respaldado de forma mayoritaria por las personas afiliadas tanto de Podemos como de Izquierda Unida. Este acuerdo nos llevó a incorporarnos a un gobierno que definimos como de coalición en minoría, de unidad y con vocación de cambio.
De coalición, porque estamos presentes distintas organizaciones. De unidad, porque participamos individuos y organizaciones con enormes diferencias ideológicas, pero con diálogo y el objetivo común de mejorar la ciudad. De minoría, porque de manera excepcional en la historia de Aranda, ni el PP ni el PSOE han querido (o sabido o podido) formar parte del gobierno. No sólo eso, durante la mayor parte del último año hemos visto con claridad una pinza tácita que impedía lograr avances en el trabajo municipal.
Somos un gobierno con vocación de cambio, claramente recogida en el acuerdo de gobierno. Pero a día de hoy estamos muy lejos de alcanzar los objetivos propuestos. Si bien los presupuestos han supuesto un primer paso hacia una gestión propia que cumpla con lo pactado, afrontamos una situación de relativa parálisis por el bloqueo político, la abundancia de incidencias y los males internos de nuestra administración local. La situación del Ayuntamiento y de Aranda de Duero cuando llegamos era lo bastante mala como para que conseguir lo básico resulte revolucionario.
Pero eso no ha impedido el desarrollar una dinámica transversal y constructiva dentro del gobierno, tanto en términos de colaboración como de trabajo. En el día a día, la relación d trabajo es buena y fluida. Además consideramos que el mantener la crítica a la interna del equipo de gobierno, ser claros en los desacuerdos entre organizaciones y mantener una relación de lealtad hacia los socios y los acuerdos alcanzados son elementos claves para consolidar nuestro papel en la coalición e impulsar nuestro programa.
Somos muy conscientes de que gobernar implica asumir contradicciones. Es necesario valorar mucho cada avance que consigamos. Contamos con dos concejales de izquierdas en un pleno de veintiuno. Pero pese a ello la izquierda arandina somos izquierda de gobierno.
Trabajaremos con humildad pero con la cabeza bien alta y si complejos. Desmarcándonos con serenidad y criterio propio cuando lo estimemos conveniente pero sin generar ruido innecesario: la población quiere soluciones, no que llevemos razón cada minuto. Defenderemos nuestras posiciones políticas con lealtad y paciencia para acometer la tarea necesaria de cambiar Aranda de Duero a mejor.