VACACIONES EN PAZ Destacado
- Escrito por IU Aranda
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El programa Vacaciones en Paz revela lo mejor de nuestro país y el mundo: la solidaridad entre pueblos.
Hoy ha sido un orgullo dar la bienvenida por primera vez a estos niños y niñas saharauis en un edificio del Gobierno, un lugar que siempre tendrán abierto, el Ministerio de Juventud e Infancia.
Pero, ¿qué es VACACIONES EN PAZ?
Los niños y niñas saharauis viven desterrados en la frontera argelina. Lejos del mar. No pueden siquiera imaginar su brisa, sus peces, su azul, su majestuosidad… Viven en una tierra torturada, dolida, como sus frágiles cuerpecitos. En esos cuerpecitos donde abundan parásitos, por la contaminación del agua; porque no hay con qué sanearla.
Hay mucha falta de proteínas y vitaminas en su organismo porque dependen de la ayuda internacional, que llega a lento y cansino ritmo. A veces se deteriora por el clima y el transporte. Se consume en ocasiones caducada. Otras veces no llega. Y hasta se amenaza con cortarla.
Estudian con escaso material escolar. Aprenden árabe y español, porque el castellano representa un elemento más de identidad. En los campamentos de refugiados saharauis, los niños y niñas juegan mucho, aunque de juguetes sólo tienen residuos de latas made in ayuda humanitaria, para suplir su traviesa fantasía.
Ahí donde los niños y niñas saharauis sobreviven, no hay plantas, ni palomas. Pero hace años gracias a proyectos como «Vacaciones en Paz” han vuelto a ser palomas mensajeras entre distintas culturas.
El hermoso proyecto solidario VACACIONES EN PAZ surgió hace cuatro décadas. Los primeros niños que vinieron veían con los ojos enormes abiertos de admiración, cómo era posible que de un grifo en una pared saliera agua. Los había que querían llevárselos de regreso a casa convencidos de que el grifo era el que obraba el milagro. A los diez mil niños y niñas que vienen ahora cada verano a España, ya no les sorprenden cosas así, pero no han perdido la ilusión por descubrir otras nuevas. Las familias españolas de acogida temporal, dicen que cada verano es más lo que reciben de los niños saharauis que lo que ellas les dan.